Qué Son?
Son definidos según el METODO RUBIO para cólicos del lactante, como una contracción dolorosa del intestino. Son una terrible pesadilla para muchos padres, pediatras y gastroenterólogos infantiles, por su difícil manejo.
Suelen aparecer entre los 15 días y los tres meses de vida, aproximadamente. Aunque el niño previamente está bien, cuando tiene el episodio, comienza a llorar de forma enérgica e incontrolable, se encoge apretando los puños , se le pone la carita roja y el abdomen muy tenso. Parece que tiene hambre, pero no se calma al darle de comer. Cuando cede el episodio, el niño parece sano, come y duerme bien y está contento. No tienen por que ser diarios, pero ocurren por lo menos 2-3 veces a la semana y durante varias semanas. No todos los Cólicos del Lactante son iguales, pero se parecen mucho. La diferencia radica en que no hay dos bebés iguales: unos tienen más retortijones o estreñimiento, los hay que tienen reflujo, otros que no, los hay que tienen la suma de todos estos signos en diferentes momentos del día o de la semana, es decir, en algunos momentos tienen pinchazos, en otros estreñimiento o diarrea…
Es importante diferenciarlos del reflujo, pues son cosas diferentes, que dan síntomas diferentes y muchos bebés nos vienen diagnosticados de Cólicos del Lactante, cuando en realidad, solo tienen reflujo, pero es cierto, que puede ir asociado también a los Cólicos. El reflujo es cuando la leche es expulsada por la boca. Hay diferentes tipos, el que se produce nada más mamar, o el que tiene lugar a la hora o dos horas de haber comido. El primer tipo, es algo fisiológico (normal) en los bebés, debido a la inmadurez del esfínter que separa el estómago del esófago (cardias). Pero el segundo tipo de reflujo, característico por la salida de la leche cuajada, se puede deber a una tensión en el esfínter que separa el estómago, del duodeno (píloro). A este, es al que le tenemos que prestar atención sobretodo si no logra subir de peso. Con el reflujo nuestro bebé tenderá a estar irritado, llorar, estirarse, y poner cara de asco (posiblemente con la llegada de la leche cuajada a la garganta). Con Osteopatía, se obtienen muy buenos resultados al tratar el reflujo.
Por qué se pueden producir?
Hay que tener presente, el cambio en la alimentación que se da desde el momento en el que nacen. Pasan, de ser alimentados mediante los nutrientes que le aporta el cordón umbilical, a mamar por ellos mismos. Un proceso complejo en el que intervienen muchos factores: los movimientos de la lengua, el correcto funcionamiento del aparato digestivo, la tolerancia que tengan a los nutrientes que come la madre( en caso de que sea leche materna), la posición de mamar… Esto, unido a la inmadurez de las visceras digestivas( sobretodo en niños prematuros), hace que, pueda existir alguna alteración, en este complejo proceso de digerir la leche materna. Un aparato digestivo inmaduro, en lo que a mecánica se refiere, no tiene unos movimientos acompasados con cadencia y ritmo acordes como para realizar su función adecuadamente.
Los dolores que presentan, posiblemente sean como consecuencia de un aumento del peristaltismo (movimientos propios del aparato digestivo) como defensa del cuerpo para que todo funcione bien. Se asemejaría, a los típicos “retortijones” que aparecen , cuando tienes dolor de tripa.
Por qué unos niños sufren estas alteraciones y otros no ?
Es una pregunta interesante de responder, ya que en el complejo proceso de digerir los nutrientes que maman, intervienen muchos factores, y en cada persona se desarrollan de una manera.
Por ejemplo, empezando por la boca: debemos hacer mención al reflejo de succión, gracias a él, el bebé consigue succionar el pezón para garantizar un amamantamiento eficaz. Es un reflejo que aparece nada mas nacer, hasta los 4 o 6 meses de vida. Y puede estar alterado por diversas causas, entre ellas tensiones en la zona de la ATM como consecuencia del parto, que limitarían su alimentación. Es una función muy importante y que el bebé realiza muchas veces durante los primeros meses, y debería ser explorada con un osteópata en caso que que exista alguna disfunción.
Otro ejemplo, podría ser pequeñas alteraciónes del funcionamiento del aparato digestivo. En el momento del parto, nuestros bebés se ven sometidos a un gran número de fuerzas para salir por el canal del parto. Esto puede generar tensiones en alguna zona del craneo o de la columna de nuestros bebés, que tienden a regularse conforme se va moviendo, succionando…. Pero en ocasiones no ocurre esto, y se queda acumulada tensión por donde discurren los vasos o nervios que van a llevar la información al aparato digestivo, influyendo en su correcto funcionamiento. Un ejemplo claro, es el nervio Vago, que aporta información neurovegetativa a gran parte del aparato digestivo, y su salida por el agujero rasgado posterior del craneo, formado por los huesos temporal y occipital. La tensión anormal,puede provocar alteraciones en la información que se está mandando al sistema digestivo en relación a la musculatura lisa y sus movimientos involuntarios. Otra razón de peso que podría estar influyendo, es la posible tensión que tengan en el diafragma (uno de los músculos de la respiración ). Es un motor importante en el movimiento de las vísceras, y al no tener una respiración tan pautada como cuando somos adultos, podría haber algún » desequilibrio» al empujar las vísceras en el momento de la inspiración, que afectaría al movimiento intrínseco del estómago, hígado…
Es el pediatra, quien debe valorar correctamente a nuestro bebé, y en caso de que determine que no hay ninguna patología digestiva grave, y que se trata de un cólico del lactante, la osteopatía alivia los síntomas, eliminando aquellos factores que alteran el correcto funcionamiento del aparato digestivo.
Cómo se trata?
El tratamiento consistirá en primer lugar valorar las posibles causas que estén influyendo en el reflujo, estreñimiento, gases acumulados… que ocasionan la irritación del bebé, influyendo negativamente en su estado de ánimo. Y acto seguido, se trata con maniobras muy suaves, la tensión o disfunciones que encontremos en la tripa, diafragma, espalda o cráneo de nuestros bebés. Las técnicas son agradables para ellos, ya que les estamos aliviando, quitándoles la tensión que tanto les incomoda. En las sesiones, además, aprenderás maniobras y posiciones, para poder aliviarlo en casa, en caso de que lo necesite.
Buscamos , de una manera natural, una mejoría tanto en la alimentación del niño, como en el transito intestinal y la evacuación de las heces, gases y eructos. Es necesario que el Osteópata que trate a nuestros bebés, domine la Osteopatía Visceral y Craneal Infantil, para abordar el origen de su problema, desde las diferentes perspectivas posibles.
Al ser una patología transitoria, que tiende a desaparecer conforme nuestro bebé crezca, no tenemos que alarmarnos. Nuestro bebé está sano, pero necesita ayuda para calmarle la tensión y el dolor en la tripa. Hay muchas razones por las cuales, tardan en normalizarse por si solos los movimientos naturales del sistema digestivo y, por contra, es relativamente fácil realizar la normalización con osteopatía pediátrica, que obtiene excelentes resultados en el tratamiento de los cólicos del lactante. Quitando las tensiones que incomodan a nuestros bebés, vuelven a ser los de antes.